Dos
jóvenes que laboraban como disc-jockeys en varias discotecas de Andrés y Boca
Chica murieron la madrugada de este domingo arrollados por un carro, en el
kilómetro 30 de la autopista de Las Américas.
Las víctimas fueron identificadas como José Alberto Rivera
Santana, de 30 años de edad y Ramón Ernesto Paulino, de 22, quienes viajaban en
una motocicleta cuando fueron embestidos por el vehículo marca Altezza, color
azul, sin placa. Se ignora el nombre del conductor.
El accidente se produjo a la una y 40 minutos de la madrugada de
este domingo, próximo a la entrada de la Playa de Boca Chica a donde se
dirigían los dos jóvenes a trabajar como disc-jockeys en una discoteca. Ambos
acababan de laborar en otro negocio de Andrés, cuando sufrieron la tragedia.
Se informó que Rivera Santana falleció instantáneamente en el
mismo lugar del accidente, mientras que Paulino falleció cerca de dos horas más
tarde en el hospital público de Andrés, donde de acuerdo a sus familiares y
amigos, no habría recibido ningún tipo de atención.
Dijeron que el personal que estaba de servicio en el
centro asistencial, se negó a movilizar una ambulancia para trasladarlo
a otro hospital, argumentando que la misma no tenía gasolina.
Este se suma a otros casos de negligencia denunciados en contra del hospital de
Boca Chica.
Santana residía en la calle Los Rieles, de Boca Chica, mientras
que su compañero de profesión, Ramón Ernesto Paulino, vivía con sus
familiares en la calle Manuela Diez, de Andrés, donde fueron velados sus
restos y depositados anoche en el Cementerio de Jubey.
Aunque se informo que el conductor del vehículo fue detenido por
la Policía Nacional, los agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte
(AMET) del destacamento del Pesaje, a donde fue llevado, rehusaron ofrecer su
nombre a los periodistas y remitieron a los comunicadores a la oficina de
Relaciones Publicas.
Los jóvenes Rivera Santana y Paulino eran muy queridos en la
zona de Andrés y Boca Chica y llevaban varios años trabajando como Disc-jockeys
en el negocio conocido como El Fogón y otros centros de diversiones. El dolor
se ha apoderado de la comunidad.
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